jena of the day: el super glue
Tengo 38 años. ¿Cuánto hace que sacaron el superglue? ¿20 años? Bueno, pues creo que con esta edad y con esta experiencia en el manejo del producto, uno debería ser capaz de utilizarlo convenientemente.
Pues, evidentemente, no.
Y será porque estoy en plena crisis de los 40 anticipada, pero es que estoy harto de autoflagelarme. Así que he decidido que no es que yo sea un inútil, es que el superglue es una jena.
Porque, ¿aparte de los dedos ustedes creen que este producto pega algo? Sí, efectivamente, es posible que se te quede pegada a los dedos alguna de las partes de las cosas que quieras pegar. Pero lo que viene siendo la reconstrucción física comandozetística de los útiles de consumo, pues casi que no.
Y me da igual que tenga que pegar la borla del zapatito de una figurita de Lladró (es un suponer, ya me gustaría a mí disponer de una colección de lladruritas como dios manda), o unir inseparablemente, pongamos por caso, una botella de solán de cabras con una de coca-cola para demostrar empíricamente cómo se fabrica el aquarius versión 3. Es materialmente imposible tenga las dimensiones que tenga. Si es pequeño porque se te acaba pegando a los dedos o de tal manera que si la figurita de lladró medía 30 cm. ahora mide 20 y es el flautista más paticorto de la historia. Y si es grande porque a la que mueves tu experimento socio-artístico, se te desmonta el chiringuito instantáneamente.
Además, más allá de que no pegue nada, lo que sí está científicamente demostrado es su capacidad como peelingador de dedos. Que, francamente, y aquí va la idea totalmente gratuita, sres. de Loctite, no sé cómo no se marcan un co-marketing con los sres. de Nanas y adjuntan un estropajo con cada bote de sustancia hiperpegamentosa.
Se te quedan los dedos hipersuaves. Sin yemas, pero hipersuaves.
De verdad, con lo a gusto que estábamos con el imedio. Ese suave fluir. Ese remangamiento de tubo cuando ya quedaba poco. Esa característica bufanda reseca que había que agujerear cuando no lo cerrabas bien. Ese olor semipsicotrópico que seguramente ahora sería considerado como altamente tóxico. Eso sí que era un pegamento.
Así que el superglue es una jena. En todos los ámbitos. En el de relaciones de pareja, también. Porque lo más parecido a un superglue parejístico que yo conozco es mi señora madre. Mi señora madre era concejal en un pueblo y para hacer la gracia, me casó. En la ceremonia quisimos que hablaran nuestros hermanos y el mío cerró su discurso diciendo "lo que ha unido mi madre no lo separa ni dios".
Pues, evidentemente, no.
Y será porque estoy en plena crisis de los 40 anticipada, pero es que estoy harto de autoflagelarme. Así que he decidido que no es que yo sea un inútil, es que el superglue es una jena.
Porque, ¿aparte de los dedos ustedes creen que este producto pega algo? Sí, efectivamente, es posible que se te quede pegada a los dedos alguna de las partes de las cosas que quieras pegar. Pero lo que viene siendo la reconstrucción física comandozetística de los útiles de consumo, pues casi que no.
Y me da igual que tenga que pegar la borla del zapatito de una figurita de Lladró (es un suponer, ya me gustaría a mí disponer de una colección de lladruritas como dios manda), o unir inseparablemente, pongamos por caso, una botella de solán de cabras con una de coca-cola para demostrar empíricamente cómo se fabrica el aquarius versión 3. Es materialmente imposible tenga las dimensiones que tenga. Si es pequeño porque se te acaba pegando a los dedos o de tal manera que si la figurita de lladró medía 30 cm. ahora mide 20 y es el flautista más paticorto de la historia. Y si es grande porque a la que mueves tu experimento socio-artístico, se te desmonta el chiringuito instantáneamente.
Además, más allá de que no pegue nada, lo que sí está científicamente demostrado es su capacidad como peelingador de dedos. Que, francamente, y aquí va la idea totalmente gratuita, sres. de Loctite, no sé cómo no se marcan un co-marketing con los sres. de Nanas y adjuntan un estropajo con cada bote de sustancia hiperpegamentosa.
Se te quedan los dedos hipersuaves. Sin yemas, pero hipersuaves.
De verdad, con lo a gusto que estábamos con el imedio. Ese suave fluir. Ese remangamiento de tubo cuando ya quedaba poco. Esa característica bufanda reseca que había que agujerear cuando no lo cerrabas bien. Ese olor semipsicotrópico que seguramente ahora sería considerado como altamente tóxico. Eso sí que era un pegamento.
Así que el superglue es una jena. En todos los ámbitos. En el de relaciones de pareja, también. Porque lo más parecido a un superglue parejístico que yo conozco es mi señora madre. Mi señora madre era concejal en un pueblo y para hacer la gracia, me casó. En la ceremonia quisimos que hablaran nuestros hermanos y el mío cerró su discurso diciendo "lo que ha unido mi madre no lo separa ni dios".
3 Comments:
Mi madre es un poco más Imedio que Superglue.
ahora entiendo
de donde le viene esa guasa...
QUE RAZON LLEVAS COMPAÑERO
UNA VEZ ESCUCHE QUE LO USABAN EN LOS TANATORIOS PARA CERRAR LOS OJOS DE LOS MUERTOS PARA SIEMPRE
Y ESE ES EL UNICO USO VERDADERO QUE DEBE DE TENER (AUNQUE SEGURO QUE HAY MAS DE UN FIAMBRE GUIÑANDO UN OJO, O CON CARA DE AREVALO)
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