jena of the day: aquarius version 4
Vaya por delante que, como diría García, no soy dudoso en este aspecto. Soy un grato titular de la Tarjeta Platino del Club Vips y cada mes me llegan billetes de esos del monopoly como para comprarme otro triciclo. O sea, que me dejo la pasta.
Pero hay una cosa que no soporto de esa mítica infraestructura restaurantística. Y es el pedir una Coca-Cola.
No sé si ya les he contado que soy la única persona que conozco que prefiere la Pepsi a la Coca-Cola. Pero, por estas cosas de la timidez congénita mezclada con un atávico miedo al rechazo, cuando me apetece un refesco cafeínico efervescente, pido una cocacola porque pedir una pesi me da vergüenza. Y cuando me dicen, como excusándose, en ese 3,2% de los bares que aceptan el reto: "cocacola, no. Pepsi" y les respondo "Perfecto. Mucho mejor", me miran pensando:
a) éste es gilipollas
b) se está quedando conmigo
Bueno, a lo que vamos, que me estoy dispersando. Es caso es que uno de los gratos momentos de ver crecer a tu retoño es cuando comienza a tener autonomía de juicio y decisión y te pide todos los sábados, domingos y fiestas de guardar "ir a un tereraurante" a comer "una coqueta ane". Lo cual quiere decir, para los no iniciados, "ir a un restaurante a comer una croqueta grande (canelones)".
Y uno de los emporios gastronómicos de las coquetas anes es, lo habrán adivinado, el mítico Gino's y sus múltiples sucursales dispuestas a lo largo y a lo ancho de la geografía madrileña.
La rutina es la siguiente: Davismiles Jr. y Sr. se adentran en el tereraurante. Menú infantil, lápices de colores (el Gino´s aunque uds. no lo dirían nunca, es un poco Kieslowski y nada más entrar con un niño, te entregan la trilogía Trois Couleurs: Bleu, Rouge y Jaune en vez de Blanc, porque con el blanco sobre blanco como que no luce) y acomodación en mesa.
"Davismiles Jr., ¿qué vas a querer? ¿coqueta ane?" "Sí, sí, coqueta ane" "¿Y para beber?" "Sumo de bombollas" (N. del T.: Fanta Naranja. Davismiles Jr. es 50% catalán y bombollas es burbujas en lexicología independentista) "Muy bien" "¿Y tú, papá? ¿Quiere cocola?" "Vale".
Y, sin pensarlo, pido canelones para él ("no, no quiero canelone, quiero coqueta ane"), pizza piamontese para mí, una fanta y una coca-cola.
El tema es que cualquier parecido con una cocacola es pura coincidencia. En realidad, el departamento de I+D del Vips ha decidido por sí mismo que era interesante lanzar por su cuenta y riesgo la Versión 4 del Aquarius, aún más desdibujada cafeinísticamente que la Versión 3, y se la dan a todo el que pide una cocacola y se encuentra una especie de chupachups kojak gigante sin ningún tipo de gas y más diluido que mi persona en un concurso de imitadores de la Bruja Verón.
O sea, una jena total. Que ingiero religiosamente aunque a Davismiles Jr. le ha dado la manía de introducir sus deditos en el líquido elemento y chupárselos consecutivamente al grito de "está rica la cocola". Pero, créanme, aún con estos aditivos, un fraude total.
Por eso, me atrevo recomendar a los señores que tuvieron el buen gusto de introducir la starbucksización en el territorio patrio bajo el concepto "café+magdalena=8 pavos", que reflexionen sobre la necesidad que hay de experimentar con un producto tan gratamente instalado en nuestros paladares.
Y si el problema es de Coca-Cola, pues que cambien de proveedor. Que ahí está Refrescosa Revoltosa, que eso sí que es un sabor de garantías.
Pero hay una cosa que no soporto de esa mítica infraestructura restaurantística. Y es el pedir una Coca-Cola.
No sé si ya les he contado que soy la única persona que conozco que prefiere la Pepsi a la Coca-Cola. Pero, por estas cosas de la timidez congénita mezclada con un atávico miedo al rechazo, cuando me apetece un refesco cafeínico efervescente, pido una cocacola porque pedir una pesi me da vergüenza. Y cuando me dicen, como excusándose, en ese 3,2% de los bares que aceptan el reto: "cocacola, no. Pepsi" y les respondo "Perfecto. Mucho mejor", me miran pensando:
a) éste es gilipollas
b) se está quedando conmigo
Bueno, a lo que vamos, que me estoy dispersando. Es caso es que uno de los gratos momentos de ver crecer a tu retoño es cuando comienza a tener autonomía de juicio y decisión y te pide todos los sábados, domingos y fiestas de guardar "ir a un tereraurante" a comer "una coqueta ane". Lo cual quiere decir, para los no iniciados, "ir a un restaurante a comer una croqueta grande (canelones)".
Y uno de los emporios gastronómicos de las coquetas anes es, lo habrán adivinado, el mítico Gino's y sus múltiples sucursales dispuestas a lo largo y a lo ancho de la geografía madrileña.
La rutina es la siguiente: Davismiles Jr. y Sr. se adentran en el tereraurante. Menú infantil, lápices de colores (el Gino´s aunque uds. no lo dirían nunca, es un poco Kieslowski y nada más entrar con un niño, te entregan la trilogía Trois Couleurs: Bleu, Rouge y Jaune en vez de Blanc, porque con el blanco sobre blanco como que no luce) y acomodación en mesa.
"Davismiles Jr., ¿qué vas a querer? ¿coqueta ane?" "Sí, sí, coqueta ane" "¿Y para beber?" "Sumo de bombollas" (N. del T.: Fanta Naranja. Davismiles Jr. es 50% catalán y bombollas es burbujas en lexicología independentista) "Muy bien" "¿Y tú, papá? ¿Quiere cocola?" "Vale".
Y, sin pensarlo, pido canelones para él ("no, no quiero canelone, quiero coqueta ane"), pizza piamontese para mí, una fanta y una coca-cola.
El tema es que cualquier parecido con una cocacola es pura coincidencia. En realidad, el departamento de I+D del Vips ha decidido por sí mismo que era interesante lanzar por su cuenta y riesgo la Versión 4 del Aquarius, aún más desdibujada cafeinísticamente que la Versión 3, y se la dan a todo el que pide una cocacola y se encuentra una especie de chupachups kojak gigante sin ningún tipo de gas y más diluido que mi persona en un concurso de imitadores de la Bruja Verón.
O sea, una jena total. Que ingiero religiosamente aunque a Davismiles Jr. le ha dado la manía de introducir sus deditos en el líquido elemento y chupárselos consecutivamente al grito de "está rica la cocola". Pero, créanme, aún con estos aditivos, un fraude total.
Por eso, me atrevo recomendar a los señores que tuvieron el buen gusto de introducir la starbucksización en el territorio patrio bajo el concepto "café+magdalena=8 pavos", que reflexionen sobre la necesidad que hay de experimentar con un producto tan gratamente instalado en nuestros paladares.
Y si el problema es de Coca-Cola, pues que cambien de proveedor. Que ahí está Refrescosa Revoltosa, que eso sí que es un sabor de garantías.
posted by davismiles | 17:16
8 Comments:
Puestos a pedir yo habria pedido "un cocacola" y "un mirinda" para el niño.
Las asociación de Tarjetas Vips Oro y Platino desea expresar su profundo malestar y desacuerdo ante tamaño infundio.
Coca Cola/Pepsi?Donde queda esa originalidad a la hora de pedir refresco?No le veo muy a la ultima, Sr. Davismiles...
Que sepa que ya estan a la venta unos jugos con burbujas de "Sueps" con sabores tan dispares como naranja&pomelo, fresa&limon y mandarina&kiwi, que le daran todo un nuevo universo para el paladar y la vista.Todo va mejor cuando bebes algo azul verdoso, ya lo vera...O eso, o ya sabe: cocacola garrafon.
MIRINDA es lo que tendrían que relanzar. Lo estamos pidiendo a gritos.
Del mismo modo que los entrenadores dicen que no hablan de los árbitros y luego los ponen a caldo, la línea editorial de éste su blog se distingue por no comentar los comments salvo en casos de fuerza mayor.
Como éste.
Paso porque me llamen uds. machista, egoísta, loser sentimental, loser total, jena, etc., etc. Por lo que no paso es porque alguien se atreva (por muy crítico gastronómico de garrafón que sea) a calificarme de "no estar a la última a la hora de pedir refresco".
Sr. Gourmet, usted no sabe con quién está hablando.
Entre mís múltiples logros, que le resumiré para no aburrirle, destaca que yo solito fui capaz de mantener el sabor "amor platánico" de fruitopia durante varios años. "A ver, esto... de psicodelimón hemos vendido 3, de mandarinaynosecuantos, 2 y de amor platánico, 256" "¿256? ¿dónde?" "254 en el simago de embajadores" "Ahí hay un nicho. Vamos a mantener esta jena que no la bebe nadie un rato más a ver si repuntan las ventas". Y así, frutopia se mantuvo en el mercado varios años gracias, principalmente, a un servidor.
Un hombre, querido Sr. Gourmet, que no dudó en abrazar como propio el excelentemente pantonizado, pero de dudoso sabor, Blue Rives.
Un emigrante, estimado Sr. Gourmet, que en su estancia en Buenos Aires arrasó con el impagable Paso de los Toros, refresco gaseosístico con sabor tirando a pomelo.
Un consumidor, apreciado Sr, Gourmet, que, cual hormigita laboriosa, recopila en los veranos una cantidad ingente de Fanta Sandía para atravesar como se pueda el desértico invierno. Y este verano, me estoy viendo venir que con la excusa de la jena esa de la Fanta Verdia, me quedo sin.
Una persona, en definitiva, nunca bien ponderado Sr. Gourmet que cuando viaja al extranjero lo primero que hace es visitar un super de confianza para adquirir sobres de Tang en sus sabores más estrambóticos.
Hasta aquí podríamos llegar.
Bien por su atrevimiento con el platanico (aun se vende, madre mia....).No es de lo mas jena que he bebido.
Paso de los Toros?Ese me acojona.
Las fantas de sabores, razonables.Mejor la del indescifrable elderflower (la que fuera Fanta Maldivas) que mejoraba aun mas con un buen ron añejo (lastima no haber hecho acopio).
El Tang nunca me gusto: prefiero otros polvos mas refrescantes.
Pero le reconozco, es de ley, su capacidad de experimentacion y prueba.Bien por usted!!
Los otros dos de amor platánico los debía de comprar yo..
yo giaul que tu, prefiero la pepsi, y en lo bares me pasa igual xD
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