jena of the day: la crisis

(pie de foto: esteesdemiquinta)

No se me asusten antes de empezar a leer el post. Demasiado hablan otros de la crisis económica. Como ustedes comprenderán, yo he venido aquí a hablar de mi libro. En este caso, la crisis de los 40.

Fíjense ustedes que el sábado pasado afronté mi cuadrágesimo cumpleanios con la tranquilidad de haber pasado la crisis de los cuarenta prematuramente hace dos años. Qué les voy a contar que ustedes no sepan, si este blog pareció una sucursal de garrafón de Dónde Estás Corazón en ese momento. Cómo sería la cosa, que mi madre dejó de hablarme por los posts que había escrito. Y hasta ahora, oigan. Que somos los dos de firmes convicciones.

Y uno suponía que esto era como el sarampión. Lo pasabas y ya. Pues no. Se reproduce como programa de canal+ en multiidifusión. Y aquí estoy invadido por una recrisis absolutamente jenística.

Uno se da cuenta de que es un viejuno total cuando está viendo la tele y en cuanto sale uno de su quinta o cercano, dice en voz alta: joder, québienestáéste. Guardiola, además de joderme la vida madridistíca a tope, está hecho un pincel el cabrón. Y cada vez que gana algo son 50 millones de GRPs que me como pensando "joder, davismiles, es que estás muy gordo. Mira québienestáéste". Punto depresivo número 1.

Profesionalmente, pues qué quieren que les diga. Para un creativo, cumplir 40 es estar pensando claramente en el partido homenaje. Y, claro, ya me dirán ustedes cuál es mi futuro. ¿Entrenador? Ya lo soy más o menos, el tema es que lo que se lleva en lo mío es el concepto entrenador-jugador y creo que llega un momento en que hasta Raúl dejaría de sacarse a sí mismo. Correcto, mal ejemplo. Por no darle al delete, lo dejo. ¿Representante de creativos? Me lo tendría que inventar pero así empezó Gorka Arrinda y ahora tiene un equipo de basket, el fenómeno. En fin, que por aquí no vamos a ningún lao. Punto bajonístico número 2.

Otro síntoma inequívoco de cuarentenidad es el concepto ya que físicamente estoy acabao recuperemos sex-appeal con un vehículo a motor de garantías machunas convertibles. El otro día estuve un par de horas buscando hasta que encontré esto. Que debe ser una de las maneras más gratas de gastarte el pastón al estilo Mijatovic, sin ningún provecho. Y, oigan, ya que no puedo adelgazar porque la tentación en forma de palmera me rodea por todas partes y que lo del implante capilar (no se crean, también me apuntaría al otro que están uds. pensando que uno anda justito dimensionalmente hablando) me ofrece las mismas garantías de éxito que el sr. Rajoy en cualquier elección que se precie, pues igual un carro de estos es la solución. O, más modestamente, ésta genialidad. El caso es ahogar las penas de la manera recomendada por 9 de cada 10 psicoanalistas consultados: consumísticamente.

Así que, así estamos, de bajón. Menos mal que mañana le ganamos al TAU y asunto arreglau.

Menos mal que mi capacidad creativa y humorística sigue estando a niveles Jordi LP.