jena of the day: el reconocimiento médico del carnet de conducir
Me caducó el carnet de conducir en enero. Y soy plenamente consciente de ello desde septiembre. Bueno, pues llevo seis meses optando por dos posturas absolutamente contradictorias simultáneamente:
1. Todos los días me busco una excusa para no ir a hacerme el reconocimiento médico y a perder gratamente la mañana en la DGT. Coartadas utilizadas: ponerme reuniones a media mañana para no poder ir ni antes ni después; hoy estoy muy cansado, mañana voy seguro; esta tarde voy al reconocimiento médico (qué lástima, estaba cerrado) y mañana a la DGT; hoy tendría tiempo para ir, pero tengo que escribir como sea un post; se me ha aparecido carlos jesús y en el nombre de yahvé me ha contado noséqué de 5000 millones de naves de Raticulín y, por tanto, para qué quiero el carnet de conducir en Ganímedes, en Alfa o en Beta, etc.
2. Cada vez que voy con el triciclo arrasando las calles de Madrid y me encuentro uno de esos gratos (y efectivos) controles de la policía municipal pienso: 'dios mío, como me pidan el carnet me van a quitar una cantidad de puntos consecutivos que esto no lo remonto yo ni haciendo una transferencia de puntos desde la Iberia Plus. ¿Aceptarían los sres. Municipales un fajo de dinero VIPS rollo soborno mexicano y aquí no ha pasado nada?'
Ante mi próximo viaje semanasantístico por esa obra maestra de las autovías a la que llaman A-2 con destino a la capital de la República Independiente de la Casa de Carod-Rovira, hoy ya no me han quedado más cojones que tomar cartas en el asunto y pasar por el durísimo trámite del reconocimento médico.
Generalmente, le tengo miedo a muy poquitas cosas. Es lo que tiene ser un chulo madrileño absurdo. El echaopalantismo que se dice en términos psicológicos. Y una de esas pocas cosas es el reconocimiento médico del carnet de conducir. Eso, las mujeres y poco más.
Ya sé que es una jena, pero es así. Y tengo mis razones.
En primer lugar, tengo 9 dioptrías en el ojo izquierdo y 5 en el derecho. Llevo gafas o lentillas, cierto. El tema es que para compensar no sé qué tengo puestas dos dioptrías menos en ojo izquierdo de tal manera que con los dos ojos abiertos, más o menos, pero cuando me tapo el derecho soy incapaz de distinguir a Eduardo Zaplana de Sara Montiel, pongamos por caso.
Y en segundo lugar, el concepto daltonismo. Desde aquel mítico bosque pintado en el cole cuando tenía 5 años con los troncos de los árboles en rojo y las hojas en amarillo, que impulsó a mi señorita a decirle a mi madre: 'señora, o su hijo es un genio o es que no ve absolutamente nada'. Tras un paso por el oculista, opción b, como era de prever.
Entonces, comprenderán uds. que me enfrente al tema reconocimiento con cierta aprensión.
Históricamente, si me hacen la prueba de daltonismo como dios manda, me destrozan la vida. Es el concepto ese de los circulitos de muchos colores que forman números. Soy incapaz de ver ninguno, por lo que intentó simular que estoy nervioso hasta que el eficaz examinador me dice 'pero no ves como un 6' ' pues ahora que lo dices, aquí hay un 6'.
Esta vez ni siquiera ha hecho falta. Me han puesto un foco para deslumbrarme y dos líneas paralelas, una clara y una oscura. Y me pregunta la dra. doctora '¿de qué color es la línea de arriba?' 'verde' (cuando claramente era gris y la de abajo no era roja sino de un siena tostado de manual). 'ves perfectamente, vamos a la prueba de audición'.
Me encierran en un cubículo forrao de corchopán, que seguramente es la única reliquia que queda en España de la guerra fría. 'ponte los auriculares y cuando oigas algún sonido tocas el timbre'. Excelente prueba, si no fuera porque en el piso de al lado estaban tirando un tabique lo que mermaba gratamente mi capacidad para oír sonidos con los que Lassie dudaría. 'perfecto, pasa con mi compañera al ordenador'.
Todo bien, pero no era un ordenador. Era una computadora. Excepcional amstrad que recibió excelentes críticas en 1983 por su acertado diseño y sus gratísimas prestaciones. 'coja los mandos e intente que la bolita no se salga del camino' 'muy bien, perfecto'.
30 pavos y, hala, a arrollarles a ustedes con el triciclo en cuanto se descuiden.
1. Todos los días me busco una excusa para no ir a hacerme el reconocimiento médico y a perder gratamente la mañana en la DGT. Coartadas utilizadas: ponerme reuniones a media mañana para no poder ir ni antes ni después; hoy estoy muy cansado, mañana voy seguro; esta tarde voy al reconocimiento médico (qué lástima, estaba cerrado) y mañana a la DGT; hoy tendría tiempo para ir, pero tengo que escribir como sea un post; se me ha aparecido carlos jesús y en el nombre de yahvé me ha contado noséqué de 5000 millones de naves de Raticulín y, por tanto, para qué quiero el carnet de conducir en Ganímedes, en Alfa o en Beta, etc.
2. Cada vez que voy con el triciclo arrasando las calles de Madrid y me encuentro uno de esos gratos (y efectivos) controles de la policía municipal pienso: 'dios mío, como me pidan el carnet me van a quitar una cantidad de puntos consecutivos que esto no lo remonto yo ni haciendo una transferencia de puntos desde la Iberia Plus. ¿Aceptarían los sres. Municipales un fajo de dinero VIPS rollo soborno mexicano y aquí no ha pasado nada?'
Ante mi próximo viaje semanasantístico por esa obra maestra de las autovías a la que llaman A-2 con destino a la capital de la República Independiente de la Casa de Carod-Rovira, hoy ya no me han quedado más cojones que tomar cartas en el asunto y pasar por el durísimo trámite del reconocimento médico.
Generalmente, le tengo miedo a muy poquitas cosas. Es lo que tiene ser un chulo madrileño absurdo. El echaopalantismo que se dice en términos psicológicos. Y una de esas pocas cosas es el reconocimiento médico del carnet de conducir. Eso, las mujeres y poco más.
Ya sé que es una jena, pero es así. Y tengo mis razones.
En primer lugar, tengo 9 dioptrías en el ojo izquierdo y 5 en el derecho. Llevo gafas o lentillas, cierto. El tema es que para compensar no sé qué tengo puestas dos dioptrías menos en ojo izquierdo de tal manera que con los dos ojos abiertos, más o menos, pero cuando me tapo el derecho soy incapaz de distinguir a Eduardo Zaplana de Sara Montiel, pongamos por caso.
Y en segundo lugar, el concepto daltonismo. Desde aquel mítico bosque pintado en el cole cuando tenía 5 años con los troncos de los árboles en rojo y las hojas en amarillo, que impulsó a mi señorita a decirle a mi madre: 'señora, o su hijo es un genio o es que no ve absolutamente nada'. Tras un paso por el oculista, opción b, como era de prever.
Entonces, comprenderán uds. que me enfrente al tema reconocimiento con cierta aprensión.
Históricamente, si me hacen la prueba de daltonismo como dios manda, me destrozan la vida. Es el concepto ese de los circulitos de muchos colores que forman números. Soy incapaz de ver ninguno, por lo que intentó simular que estoy nervioso hasta que el eficaz examinador me dice 'pero no ves como un 6' ' pues ahora que lo dices, aquí hay un 6'.
Esta vez ni siquiera ha hecho falta. Me han puesto un foco para deslumbrarme y dos líneas paralelas, una clara y una oscura. Y me pregunta la dra. doctora '¿de qué color es la línea de arriba?' 'verde' (cuando claramente era gris y la de abajo no era roja sino de un siena tostado de manual). 'ves perfectamente, vamos a la prueba de audición'.
Me encierran en un cubículo forrao de corchopán, que seguramente es la única reliquia que queda en España de la guerra fría. 'ponte los auriculares y cuando oigas algún sonido tocas el timbre'. Excelente prueba, si no fuera porque en el piso de al lado estaban tirando un tabique lo que mermaba gratamente mi capacidad para oír sonidos con los que Lassie dudaría. 'perfecto, pasa con mi compañera al ordenador'.
Todo bien, pero no era un ordenador. Era una computadora. Excepcional amstrad que recibió excelentes críticas en 1983 por su acertado diseño y sus gratísimas prestaciones. 'coja los mandos e intente que la bolita no se salga del camino' 'muy bien, perfecto'.
30 pavos y, hala, a arrollarles a ustedes con el triciclo en cuanto se descuiden.
posted by davismiles | 22:55
2 Comments:
Otro para el club, y cada vez "semos" mas.
Yo le perdi el miedo al segundo que tuve q hacer, por cierto a los 5 años, porque darme 10 era un peligro para el resto de la humanidad. El en primero intente hacer la pirula memoristica, y salio a medias, en el segundo fui de sobrado, y entre el daltonismo (aaahh! los gratos circulos con circulitos de ¿Colores?) y mi munisvision de ojo izquierdo (es como un ojo de cristal pero sin cristal) me dieron renovaciones trinuales "in secula seculorum".
Ahora en vez de miedo, lo que tengo es rabia por pagar cada tres años lo que el resto para cada 10. Zapatero, subvencion para el reconocimiento medico ya!!.
Chiste fácil: Digo yo que si siempre vais al mismo médico, ya os "reconoce" y no hace falta pasar las pruebas ¿No?
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